miércoles, 29 de octubre de 2014

No me grites, por favor

Hace  más de un mes que tengo pensado y medio escrito este post, y todavía no había encontrado el momento de publicarlo, pero esta mañana he vivido una situación que me ha hecho decidirme a colgarlo ya.
Me he subido en el bus con mi bebé de 6 meses que estaba algo inquieto porque tenía sueño y no se podía dormir, y además prefería ir en mis brazos. Pero era más seguro que fuese en el cochecito atado, por si acaso hay algún frenazo o un arranque brusco, y además porque como llevo 5 días con la neuralgia en el brazo, no me veo con fuerzas de portearlo. El caso es que el peque ha lanzado unos chillidos, de esos tan agudos que son capaces de emitir los bebés que parece que te van a perforar el tímpano, a modo de protesta. Y para mi sorpresa, una señora mayor que iba sentada le ha gritado a mi niño regañándole para que dejase de chillar. Como decimos aquí en Málaga: “me quedao cuajá”.
Inmediatamente la he mandado callar: “Señora, no le regañe ni le grite, que es un bebé y simplemente está protestando porque quiere dormirse y no puede”.
¡Vamos! ¿Pero esto qué es? No solo las mamis tenemos que aguantar a todos los opinólogos/as que nos dan consejos, incluso órdenes, que están fuera de lugar, sobre la crianza de nuestros hijos, sino que encima tengo yo que aguantar que una persona que no conozco de nada se otorgue el derecho de llamarle la atención a mi bebé y y lo haga gritándole. Alucino.
Yo nunca le he gritado a mi hijo. Es un bebé. ¿Qué sentido o beneficio puede tener eso para él? Además de no entenderlo, se llevaría un susto de muerte. Si cuando juego con él y haciéndole carantoñas toda emocionada elevo un poco la voz, el pobre abre los ojos desorbitados y mueve los brazos y las piernas cual cucarachita panza arriba, imaginaos si le alzo la voz enfadada, ¡se cagaría de miedo!
Aún así, el pasado mes de septiembre tuve la oportunidad de asistir al taller “Deja de gritar” que impartió Mireia Long (@MireiaLong) en Las Jirafas saben bailar (www.lasjirafassabenbailar.com) en Málaga. Quise asistir para obtener recursos o herramientas que me ayudaran a evitar cualquier situación en la que pudiera perder los estribos, porque mientras sea un bebé, tengo muy claro lo de no gritarle, pero cuando sea más mayor, no sé cómo puedo reaccionar. Por lo que explicaron los papás y mamás que también asistieron, cuando dejan de ser bebés y empiezan a crecer, a menudo se producen situaciones que no pueden controlar y acaban por gritarles a sus hijos. Ninguno de ellos quiere hacerlo, por supuesto, y eso les hace sentirse mal.
Durante las dos horas y media que duró el taller tuve a mi bebé en mis brazos, la mayor parte del tiempo dormido, así que fue muy placentero y relajante para mí poder particiar en aquella charla sin separarme de mi hijo. No pude tomar notas, pero en cuanto llegué a casa escribí en mi cuaderno todo lo que pude recordar.

(Aquí me veis sentada junto a Mireia, camiseta de rayas, debajo del árbol,
con mi niño en brazos aunque no se aprecie en la foto).

Lo que más resonó en mi cabeza ese día y todavía sigue ahí (espero que por muuuuucho tiempo) es uno de los ejercicios que nos propuso Mireia. Se trata de vernos a nosotros mismos como un GIGANTE gritando y vociferando a un niño: si nos ponemos en el lugar del peque, ¿cómo nos sentiríamos al recibir los gritos y la ira de alguien que supera por diez nuestro tamaño?
Yo me lo imagino así:
(Lo ilustro con esta foto de Monstruos S.A. por lo de darle un toque "infantil")
Mireia también nos recomendó otros ejercicios que podemos practicar para evitar gritarles a nuestros hijos, que son muy interesantes y que funcionan. Así que, desde aquí, os invito a que asistáis a alguno de estos talleres, os encantará.
Un saludo especial a Mireia Long, por transmitir de una forma tan amena sus recomendaciones, porque hace que parezca fácil. Y mi agradecimiento a Rosa Vilanova por hacerme llegar las fotografías de ese día (Rosa, quin gust trobar una catalana tan lluny de casa y que fa coses tan boniques y útils per nens, mares i pares).
Un abrazo.

sábado, 25 de octubre de 2014

Numerología del día de nacimiento: 10, 19 y 28

Cuando inicié esta sección, hice una pequeña introducción sobre qué es la Numerología Tántrica y qué utilidad le podemos dar. Ahora os voy a ampliar un poco más esa información, para que se pueda entender mejor cómo influyen los números en nuestro carácter y comportamiento.

Como ya dije, la Numerología Tántrica es el método que estudia el proceso por el cual hemos pasado, estamos pasando y continuamos pasando a través de nuestra evolución espiritual en esta vida. Nuestra vida es una manifestación de este proceso de evolución, tanto si nos damos cuenta como si no. El estudio numerológico tántrico nos ayuda a alcanzar una mejor comprensión de los valores que tiene la vida del ser humano y de los desafíos a que está sometido. Nos permite tener una orientación de porqué somos como somos, porqué reaccionamos como reaccionamos, porqué pensamos como pensamos, y porqué nos relacionamos con el mundo exterior de la forma en que lo hacemos.

La palabra Tantra significa tejer. Esto quiere decir que el trabajo que tenemos que seguir cada uno de nosotros para evolucionar interiormente tiene que ver con unas condiciones kármicas únicas que tiene cada alma que se encarna en este planeta: las tiene en este momento, las ha traído consigo y forman parte de lo que es su proceso de evolución espiritual. En este proceso de evolución, la Numerología Tántrica nos descubre cuál ha de ser la relación con nuestra alma, cómo conseguir, desarrollar y mantener esta relación; permitir que se manifieste conscientemente a través de nuestra relación con los demás, con nuestro ambiente y con la función que cumplimos como seres humanos aquí y ahora.

A partir de la fecha de nacimiento, se obtienen los números de los diferentes factores que componen nuestro estudio numerológico. Así, el día de nacimiento nos marcará cómo somos, cómo nos relacionamos con nosotros mismos y cómo nos identificamos con los hechos cotidianos. Nos habla de consciencia, interiorización y conexión con nuestra propia alma (si has nacido en los días 9, 18 o 27, lee mi post Numerología del día de nacimiento: 9, 18 y 27). Por otro lado, el número del mes en que hayamos nacido nos mostrará cómo nos relacionamos con el mundo que nos rodea y cómo nos comportamos con los demás. Nos habla de exteriorización, de acción y reacción (si has nacido en septiembre o en octubre, lee mi post Numerología para los nacidos en septiembre y octubre)


En esta ocasión os comentaré las principales características para los nacidos en día 10, 19 o 28, que fluyen bajo la vibración del número 10 (1+0; 1+9; 2+8).

Espero que os guste.

 



 

 
Un abrazo. 

miércoles, 15 de octubre de 2014

Un embarazo de 34 semanas

Hoy se cumple un mes del lanzamiento de este blog y creo que ya va siendo hora de explicar cómo fue mi embarazo y el parto, porqué se adelantó y porqué tuvo que ser inducido. No quiero entrar en mucho detalle (hay acontecimientos que dan para un post o más de uno…) y tampoco quiero extenderme mucho. Voy a intentar resumirlo todo lo que me sea posible, pero sin omitir momentos y temas que me parecen trascendentes.

Hasta ahora he dejado caer algunas pinceladas de lo que ocurrió (en mi primer post Una mamá sin mala leche y en otro con motivo de la semana internacional de la crianza en brazos Nuestra primera vez en brazos), pero no es fácil explicarlo ni tampoco lo es echarle buen humor a lo que ocurrió. Así que toca ponerse seria para contarlo.

Tuve un buen embarazo. Así lo viví y así, a pesar de todo, lo sigo creyendo. Fue bueno, aunque corto. Quitando un par de semanas en las que tuve que hacer reposo relativo por un pequeño sangrado en la semana 10 de gestación, el resto fue bien.
 No dejé de trabajar ni de hacer otras actividades como caminar a diario o nadar dos veces en semana. Me encontraba perfectamente, tanto, que a veces se me olvidaba que estaba embarazada.

En los diferentes controles rutinarios que me hicieron a lo largo del embarazo todo (o casi todo) aparecía normal y, a pesar de mi edad (me quedé embarazada con 38 años), de haber sufrido un aborto unos meses antes y de tener hecha una conización de cuello de útero, mi embarazo tuvo un seguimiento de bajo riesgo.

Allá por la semana 27 empecé a notar que se mi hinchaban los dedos de las manos mientras estaba en la oficina y opté por dejar de ponerme anillos. Unos días después también empezaron a hincharse mis tobillos. Al principio no me preocupé mucho porque, al llegar a casa y poner las piernas en alto, bajaba la hinchazón. Pero según iban pasando los días, la hinchazón no bajaba al levantar los pies y además tampoco remitía durante la noche.

Aprovechando una de las clases de educación maternal en el centro de salud, se lo comenté a la matrona, que me llevó a una consulta y me tomó la tensión. Vio que la tenía un poco alta y me mandó a casa con instrucciones de tomarme la tensión regularmente y acudir a urgencias si rebasaba el límite de 140/90. No tuve que esperar mucho para que esto sucediera. Dos días después tenía la tensión a 145/95 y la hinchazón de los pies empezaba desde la mitad de la pierna y terminaba en una bola sobre el empeine que me dolía y me molestaba al caminar (tuve que comprarme unos zapatos dos números más grandes de mi talla). Ese jueves 3 de marzo me dirigí a urgencias del Hospital Materno Infantil de Málaga acompañada de mi marido y de mi madre. Después de tenerme seis horas en observación con monitores, de realizarme analíticas de sangre y orina y de suministrarme un Valium, me enviaron a casa con un tratamiento para la hipertensión gestacional (una pastilla tres veces al día) y con indicaciones de llevar una dieta baja en sal.

Al cabo de un par de semanas de tratamiento parecía que la tensión arterial se había estabilizado, incluso había bajado un poco, pero esta mejoría apenas duró unos días. La hinchazón de los pies nunca disminuyó y continué con el tratamiento. Justo cuando se cumplía un mes, en la semana 33 de gestación, volví a encontrarme mal. De nuevo un jueves. Recuerdo que aquella tarde me costaba mucho caminar y moverme. Fui a recibir una sesión de Reiki como ya había hecho otras veces, y tardé en hacer el trayecto desde casa algo más de media hora, cuando normalmente lo hacía en diez minutos. Salí de la sesión muy relajada y con intención de acudir a mi clase de natación prenatal, pero seguía encontrándome mal y decidí parar en una farmacia para tomarme la tensión. Descansé sentada unos minutos antes de la medición. Cuando el farmacéutico vio el resultado del tensiómetro, me miró a los ojos y me dijo “Deberías ir a urgencias cuanto antes”. Estaba a 150/10.

Unos minutos después ya me había recogido mi marido en la puerta de casa y enfilamos de nuevo hacia el hospital materno. De nuevo me tuvieron en observación con monitores, me realizaron las oportunas analíticas y me administraron Valium otra vez. Apenas una hora y media después ya tenían el resultado del análisis de orina. Entonces se me acercó el doctor que estaba de guardia y me dijo: “Te vas a quedar ingresada. Te ha salido proteína en la orina, así que el diagnóstico es preeclampsia. Y en previsión de que te tengamos que adelantar el parto, te vamos a poner la inyección de maduración de los pulmones”.

¡Toma ya! ¡Vaya tres frases para digerir así de sopetón!

Al recibir esta noticia, en un primer momento no me lo tomé muy mal. Me daba palo lo de quedarme ingresada, pero no creía que me tuvieran que provocar el parto, con el buen embarazo que había tenido hasta ahora… Entonces se me acercó una enfermera y me dijo: “Aquí tenemos un dicho: entras con la tensión y sales con tu bebé”.

El sábado cumplí la semana 34 de embarazo. Todo ese fin de semana lo pasé conectada a los monitores. Las pocas veces que me “soltaban” las correas sentía un gran alivio. Me monitorizaban mucho porque, debido a la cantidad de medicamentos que me estaban suministrando, había disminuido mucho el movimiento fetal. ¡Con lo que se movía mi bebé, que hasta tengo videos grabados de mi barriga dando “saltos”, y ahora apenas lo notaba! Por más que me tocaba la barriga, le hablaba, le cantaba, lo achuchaba, caminaba… nada. Me daban zumos con azúcar, me introducían glucosa por vía, y nada. No se movía. Imaginaos mi angustia, y la preocupación del personal médico.
El domingo fue un día largo. Muy largo. Desde por la mañana, el médico que estaba de guardia vino a visitarme en varias ocasiones, comprobando los resultados de los monitores y de mis tomas de tensión. Estaba realmente preocupado. En varias ocasiones me dijo “No comas nada por si te bajo a hacerte la cesárea”. Más tarde regresaba después de reunirse con el equipo y me decía: “Bueno, come, porque de momento no te vamos a hacer nada.” Unas horas después volvía a aparecer y me repetía lo mismo: “No comas por ahora porque seguramente te vamos a hacer la cesárea”. Para volver más tarde a decirme que no me la iban a hacer. Así tres o cuatros veces. ¡Dios mío, si me vais a hacer algo, hacédmelo ya!!! Me iba a volver loca, y eso no ayudaba a bajar mi tensión arterial. Finalmente por la tarde me realizó una ecografía y vio que, a pesar de todo, el bebé estaba bien, así que optaron por no hacer nada ese día y por fin pude descansar un poco.

A media mañana del lunes me visitó el jefe de obstetricia del hospital. Traía los resultados de las últimas analíticas y lo más destacado, además de que la tensión no había bajado con el tratamiento, fue que los niveles de proteína en orina se habían multiplicado por cuatro. Me explicó que la preeclampsia es una enfermedad del embarazo, que le pasa a algunas mujeres y que no tiene cura. La única cura es parir.

Y entonces pronunció una frase que aún resuena en mi cabeza y de la que a día de hoy todavía no estoy “curada”, porque, aunque pueda parecer raro teniendo en cuenta los acontecimientos de aquellos últimos cuatro días, no estaba preparada para lo que iba a pasar:

“Hoy se termina tu embarazo. Tu hijo nacerá entre hoy y mañana”.

 Lo que pasó a continuación da para mucho, porque mis problemas no terminaron ahí.

Pero no quiero extenderme más por ahora así que os seguiré contando en próximos posts porqué mi parto tuvo que ser por cesárea (se intentó que fuese vaginal), porque seguí ingresada nueve días más, porqué tardé dos días en ver a mi bebé después de dar a luz, porqué no conseguí una lactancia “normal” y tuvo que ser en diferido, etc. Así que, como veis, todavía hay mucho que contar y lo iré desgranando en futuras publicaciones.

Un abrazo.

viernes, 10 de octubre de 2014

Numerología para los nacidos en septiembre y octubre

Llegamos al novemo mes del año y, siguiendo con la sección de Numerología Tántrica, a continuación os comento algunos aspectos interesantes para los nacidos en septiembre (que tienen la vibración del número 9) y también para los nacidos en octubre (número 10).
Espero que os guste y os sintáis identificados si habéis nacido en estos meses.




miércoles, 8 de octubre de 2014

Nuestra primera vez en brazos


Naciste el 7 de abril a las ocho de la tarde en un quirófano. Te sacaron de mi vientre. Ni tú habías pedido nacer ni yo te esperaba tan pronto. ¡Con lo agustito que estábamos los dos así, unidos, tú dentro de mí y yo disfrutándote!


Solo pude ver tus pies asomar entre aquella sábana verde y, casi suplicando, conseguí que me enseñaran tu cara, tu minúscula cara, que apenas pude ver un par de segundos. Eso fue todo. Y entonces me quedé sola mientras me cosían.


Unos minutos después escuché una voz detrás de mí: ¡Mami! ¡Mami! ¡Mami! Tardé en reaccionar, era a mí a quien llamaba la pediatra, yo era la mami. "Tu bebé está perfectamente. Ha llorado mucho, muchísimo y eso nos encanta. Ha ido con los ojos abiertos por todo el pasillo hasta llegar a urgencias de neonatología. Todos sus niveles son correctos". Lágrimas de alivio.


Volví a verte 45 horas después. Te toqué metiendo mi mano dentro de la incubadora, temblando de miedo y de llanto. Esa misma noche te tuve en mis brazos apenas un minuto. Esa fue nuestra primera vez juntos. Nuestro fugaz primer abrazo. Y luego te quedaste solo en una sala llena de batas, luces y pitidos.

Después de nuestro primer encuentro, ya no podía pensar en otra cosa que en verte y estar contigo. Apenas pude dormir aquella noche, embriagada de excitación y emoción, y deseando que llegase la hora de la próxima visita, como drogadicta que acude a por su dosis. Ya no me podías faltar.


Cuando por fin nos fuimos a casa nueve días después, pude tenerte en mis brazos todo el tiempo, sin horarios, sin restricciones, hasta la extenuación. Me costaba separarme de ti. Quería sentirte, acariciarte, besarte, olerte, protegerte, calmarte... No quería dejarte solo ahora que por fin volvíamos a estar juntos, unidos de nuevo, pegados el uno al otro.




Feliz semana internacional de la crianza en brazos y feliz sexto cumplemes en mis brazos.

lunes, 6 de octubre de 2014

Tip Numerológico del Mes 10

Edito este post que publiqué hace un año ampliando la información que publiqué entonces.
Como cada mes, os traigo el consejo numerológico. Según la Numerología Tántrica, el décimo mes del año representa el compromiso, todo o nada, no permite las dudas ni las indeciosiones. Hay que actuar con valor y decisión (bien meditada). El número 10 nos invita a dirigir nuestra propia vida.
Una vez hecha esta introducción sobre los aspectos más importantes del número diez, os dejo el consejo numerológico para el mes de octubre:




























 Así que ya sabéis, si tenéis algún proyecto entre manos o algo en lo que tengáis que entregaros al cien por cien, aprovechad la vibración numérica de este mes!!
Un abrazo.

domingo, 5 de octubre de 2014

Premios Dardos

Recibo con sorpresa (y encantada) este premio. Muchas gracias a Mama Blogger ( @reginaros33) por pensar en mí.
Es un premio para estimular, alegrar y sobre todo reconocer el esfuerzo que dedicamos las blogueras a nuestros blogs.


Mis 15 blogs premiados son los siguientes:
- DesarrollodelTalento
- Madres Cabreadas
- Patadita Blog
- Mamá puede
- Mami Aventuras
- Mamá de Verdad
- El diario de tu mami
- Centímetro News
- Querido bebé dos puntos
- El rincón de Mixka
- Diario de mi garbancito
- Diario de una madre
- En brazos de mamá
- Pequeñas Personitas
- Doble-Aventuras

Los blogs premiados tienen que nominar a otros 15 y nombrar a quien los ha premiado.
Muchas gracias.
Un abrazo.















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